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Abades Presidentes en Montserrat

  • Isabelle DESARNAUD
  • 12 oct
  • 2 Min. de lectura

El Sínodo de Abades Presidentes se reunió en Montserrat del 15 al 19 de septiembre, reuniendo a los líderes de la Confederación Benedictina para días de deliberación, fraternidad y oración compartida. Entre los puntos destacados se incluyó la colaboración con la CIB y los preparativos para el Jubileo Benedic­tino de 2029.


El Sínodo de Abades Presidentes reunió a los líderes de la Confederación Benedictina en Montserrat del 15 al 19 de septiembre, con jornadas de deliberación, fraternidad y oración conjunta. Dos nuevos miembros estuvieron presentes: el abad Javier Aparicio de la Congregación de Ottilien y el abad Jayawardena Shamindra de la Congregación Silvestrina. Su presencia aportó nuevas voces y perspectivas a las conversaciones. Los informes del Abad Primado y de las distintas congregaciones ofrecieron una visión clara de la diversidad de situaciones que enfrentan los monasterios benedictinos en todo el mundo, desde comunidades florecientes hasta otras que atraviesan serias dificultades.


Uno de los momentos más destacados del Sínodo fue el día compartido con la Communio Internationalis Benedictinarum (CIB), la organización mundial de monjas y hermanas benedictinas. La atmósfera fue excelente y se trataron numerosos temas de interés común. La hermana Lynn McKenzie ofreció un panorama de los últimos desarrollos de la CIB, incluyendo nuevas iniciativas de formación y el fortalecimiento institucional de la organización.


El día compartido también incluyó una presentación sobre los preparativos para el Jubileo Benedic­tino de 2029, que conmemorará quince siglos desde que San Benito fundó Montecassino. La presentación estuvo a cargo de Adam Simon, coordinador mundial del Jubileo. Su intervención captó la atención de los presentes, describiendo tanto la visión como los pasos prácticos necesarios para preparar una celebración internacional de la vida y el testimonio benedictinos. Tras la presentación, los participantes se dividieron en grupos de discusión para explorar cómo podría vivirse el Jubileo a nivel local y global. Estas conversaciones se complementaron con un segundo tema: la realidad de las comunidades frágiles. Los líderes reunidos reflexionaron sobre modos pastorales, canónicos y prácticos de acompañar a los monasterios en dificultades, buscando estrategias que combinaran solidaridad con realismo.


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El Sínodo incluyó además una excursión fuera de Montserrat, cuando los participantes viajaron juntos a Barcelona. Durante el día visitaron el Hospital de Sant Pau, obra maestra modernista de Lluís Domènech i Montaner, y experimentaron la grandeza y profundidad espiritual de la Sagrada Familia, la basílica aún incompleta de Antoni Gaudí. Compartir el día en la ciudad reforzó los lazos entre los abades presidentes y les recordó cómo la vida benedictina se nutre del arte, la arquitectura y el patrimonio cultural de los lugares donde se encuentran los monasterios.


Al finalizar el Sínodo, muchos participantes se sintieron renovados con un sentido reforzado de unidad, propósito y esperanza. Las sesiones conjuntas con la CIB demostraron cuánta fuerza puede generarse a partir de la colaboración entre los dos ramas de la Orden. El Jubileo de 2029, aunque aún lejano, ya se perfila como un foco de cohesión para toda la familia benedictina. Los días en Montserrat dejaron a los Abades Presidentes más unidos en su misión compartida de servicio a las comunidades monásticas que tienen a su cuidado.


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