Hermanas Benedictinas de la Epifanía
Monasterio de Lộc Nam (Vietnam)

Liturgia en Vietnam - liturgia monástica

Algunas características de la cultura y religión vietnamita

 

“Señor, te alabo siete veces al día”
(Salmo 118.164)

 

Cesta frase del salterio fue meditada y rumiada por san Benito. Lo puso en práctica e instruyó a sus discípulos que hicieran lo mismo. En verdad, los Padres del Desierto y los primeros monjes anteriores a san Benito ya practicaban la salmodia y la meditación continua de la Palabra. Habían hecho de la oración el centro de sus vidas. Los vietnamitas están muy conscientes de esta herencia.

 

Cultura vietnamita

Los vietnamitas han sido influenciados por las religiones y la cultura de los chinos a través del budismo, el confucianismo y el taoísmo. Estas tres “religiones” están arraigadas en el corazón de los vietnamitas y constituyen un aspecto importante de su propia cultura. En Vietnam, incluso cuando aún no conocíamos a Jesucristo, creíamos en un dios misterioso, bueno y protector. Probablemente por eso los vietnamitas consideran la oración como un medio indispensable. Rezan a Dios, Buda o los antepasados; los templos son numerosos. Misioneros europeos como los jesuitas y los padres de las misiones extranjeras en París, llevaron la fe en Jesucristo a Vietnam a mediados del siglo XVII. Desde entonces, un cierto número de vietnamitas conocen y creen en el Señor.

 

LiturgieLocNamchapelleLa liturgia

La liturgia de la Iglesia en Vietnam refleja bien la cultura del país: es el caso, por ejemplo, cuando se quema incienso uniendo las manos, como signo de respeto y honor a los antepasados en un momento de duelo en la familia, o en el aniversario de la muerte de un difunto, y especialmente durante los tres días de Têt, la fiesta del Año Nuevo asiático.

La semilla monástica confiere un gran lugar a la liturgia, está bien desarrollada en Vietnam entre los carmelitas, cistercienses, clarisas y benedictinos. La Liturgia de la Eucaristía y la Liturgia de las Horas de estos monjes y monjas expresan un esfuerzo significativo por su integración en la cultura vietnamita.

La liturgia eucarística

Aunque, o quizás porque los cristianos vietnamitas no son numerosos en Vietnam, sus corazones son especialmente fervientes. Acuden masivamente a la misa dominical e incluso durante la semana. También participan en general de las actividades de su parroquia. La liturgia eucarística es una prioridad para ellos. Las comunidades monásticas celebran Misa todos los días. En nuestro monasterio de Lộc Nam, el párroco celebra la Misa diariamente, y aunque los fieles viven a cierta distancia, asisten en gran número cada mañana temprano. Hemos dispuesto un lugar al aire libre para esta Eucaristía, con el fin de acoger a todos los que quieran participar, ya que el oratorio del monasterio no sería lo suficientemente grande. El primero de los tres días del Tet está consagrado a la oración por la paz en nuestro país; el segundo a la oración en honor a los antepasados; en esta ocasión los niños se reúnen alrededor de sus padres y abuelos; y el tercero está dedicado a la santificación del trabajo. En estos días la liturgia se prepara con especial cuidado y utilizando las decoraciones tradicionales del país.

La Liturgia de las Horas

Juntamente con la Eucaristía, todos los días nos reunimos para rezar los salmos en Laudes, Sexta, Nona, Vísperas, Completas y Vigilias. Los ciento cincuenta salmos, los cánticos del Antiguo y Nuevo Testamento se distribuyen en dos semanas. Además, hay adoración del Santísimo Sacramento tres veces por semana, y cada hermana dedica al menos noventa minutos en la lectio divina y a la oración cada día. Desde el Concilio Vaticano II, los textos de la Sagrada Escritura y la Liturgia de las Horas han sido traducidos al vietnamita. Una obra de adaptación y composición musical que ha permitido sobre todo cantar los salmos según la genialidad de la lengua vietnamita, que como sabemos es una lengua tonal. Así los monjes y monjas pueden comprender bien los textos y rezarlos con fervor. Este trabajo de traducción y composición ha sido continuado por un grupo de personas competentes desde 1971.

Aparte de la traducción de la Biblia y particularmente de los salmos, muy fiel a los originales, se ha promovido toda una literatura poética nacional: son numerosos los himnos litúrgicos. En los salmos no se han mantenido los versos violentos, ya que así lo permiten las normas litúrgicas. Textos como, "Acusa, Señor, a los que me acusan. Ataca a los que me atacan” (Sal 34,1) y versículos similares, no se cantan porque en la cultura vietnamita esto sería realmente difícil.

La música vietnamita está marcada por la improvisación y la entonación del idioma vietnamita. Este idioma es una original síntesis de influencias chinas, indias, indonesias, orientales y budistas. Es el idioma oficial de Vietnam y es la lengua materna de aproximadamente el 85% de la población. Es un lenguaje monosilábico, que utiliza un sistema de seis tonos. Mil años de ocupación china llevaron a la adopción de un gran número de palabras chinas y de la escritura antigua en símbolos chinos, que ahora ha sido abandonada. En la escritura latinizada actualmente en uso, las palabras aparecen como una sucesión de monosílabos. Las modulaciones tonales y las diferencias de pronunciación en el norte, centro y sur del país, dificultan la comprensión del vietnamita para un extranjero, pero le brindan un encanto peculiar, sobre todo en su musicalidad durante la liturgia y sobre todo en la salmodia. Existe otra diferencia marcada entre las regiones montañosas y costeras.

Aunque todavía existe una música clásica, la música folclórica está muy desarrollada en todo el país. El budismo vietnamita tiene una música cantada muy rica nacida en el siglo XIX bajo la influencia de la música de la corte.

Son muchos los instrumentos musicales en la cultura tradicional, el gong, la pandereta, las flautas, la cítara de dieciséis cuerdas, el monocordio... Es por esto que se nos ha animado a utilizar estos instrumentos en la liturgia con fines de inculturación. Músicos entre monjes y monjas están componiendo salmos, himnos y cánticos a partir de melodías populares de las diferentes regiones del país, que aumentan la belleza, la alegría y el fervor de los servicios litúrgicos.

Con alegría agradecemos al Señor que nos ha llamado a la vida monástica. Mediante la oración litúrgica y la meditación silenciosa que forman gran parte de nuestra vida, trabajamos día a día para convertirnos en uno en Jesucristo, quien nos ha mostrado su unidad con el Padre y el Espíritu Santo a lo largo de nuestra vida para guiarnos a todos juntos hacia la vida eterna.

Al ritmo de la liturgia, los monjes y monjas vietnamitas se preocupan por permanecer fieles a su vocación en el Pueblo de Dios. Cuanto más oramos, más nos amamos unos a otros, cantando con todo nuestro corazón con el salmista, "todos los días te bendeciré Alabaré tu nombre por siempre” (Sal 145,2).