Dom Philippe Minh Tuy, osb

Superior del monasterio de Thiên Binh (Vietnam)

 

La organización del espacio
de un monasterio benedictino en Vietnam

Entre tradiciones y limitaciones

 

PPhilippePalabras preliminares: La organización espacial de un monasterio benedictino debería facilitar la búsqueda de Dios a la que los monjes se han comprometido de por vida. A lo largo de la historia en el Occidente cristiano se ha consolidado más o menos un modelo: un monasterio organizado en torno a una iglesia y un claustro con diferentes espacios específicos. En Vietnam, el monacato es muy reciente (hacia fines de la década de 1930), el país es predominantemente budista (los católicos representan solo el 7% de la población) y el contexto político de los últimos ochenta años ha sido complejo, por decirlo suavemente. A esto hay que añadir los grandes trastornos económicos y sociales recientes, con importantes consecuencias espaciales (periurbanización, presión por las tierras), por no hablar de una explosión de vocaciones religiosas.

En este contexto especial, ¿cómo debería plantearse la construcción de un monasterio benedictino? ¿Cuáles son la lógica espacial? ¿las prioridades que deben expresarse? ¿qué influencias deben prevalecer? En este contexto único, ¿cómo pensar en la construcción de un monasterio benedictino?

El caso del monasterio benedictino de Thiên Binh es particularmente interesante porque tiene a su disposición 23 hectáreas de terreno, está situado en una diócesis muy poblada en las afueras de Ciudad Hô-Chi-Minh y presenta una serie de peculiaridades en comparación con sus monasterios hermanos, fruto de circunstancias particulares y seguramente del espíritu visionario y profundamente espiritual de su superior desde 2004. Reproducimos aquí sus palabras, fruto de varias entrevistas.

 

1. Los orígenes

El monasterio de Thiên Binh fue fundado por Thiên An en 1970, gracias a la acción de Dom Thaddeus (1918-1995) quien se había iniciado a la vida monástica en la Abadía de La-Pierre-Qui-Vire durante la década de 1950. Situada a unos cuarenta kilómetros al noroeste Saigón, la capital, dirigió desde el inicio una escuela técnica para niños pobres.

Fiel a una tradición misionera del hermano mayor francés (que también tenía escuela), al mismo tiempo da testimonio la “gran preocupación que el padre fundador tenía por los pobres, una preocupación evangélica que sigue inspirando a la comunidad hoy”. Con un gobierno favorable de esa época, el monasterio dispuso de 300 hectáreas, con campos de práctica para los jóvenes, ocupados en gran parte por arrozales y bosques de bambúes. Todavía existen algunos edificios de este período, la pequeña capilla y parte de la actual casa de huéspedes, que en ese momento albergaba a los estudiantes. La llegada de los comunistas en 1975 puso fin a este impulso misionero monástico: se confiscaron las tierras, se desplazó la escuela y se prohibió la vida religiosa, por lo que la pequeña comunidad se disolvió. Quedaron pocos monjes que llevaron una vida clandestina de oración, presentándose como simples campesinos pobres. Este período fue muy difícil, experimentando hambre.

A principios de la década de 1990, la liberalización del régimen permitió la reanudación de formas de vida religiosa, especialmente si satisfacían las necesidades urgentes de educación y salud. Las autoridades pidieron a Dom Thaddeus que reabriera la escuela. Considerándose demasiado viejo y cansado para emprender tal tarea, consiguió permiso para enviar a dos monjes, uno de los cuales era Dom Philip, para que se formaran en Francia en La-Pierre-Qui-Vire. Dom Philip permaneció allí seis años, desde 1994 a 2000. Durante este tiempo realizó viajes a otros monasterios y países, que fueron una verdadera fuente de inspiración. Descubrió también en profundidad de qué se trataba la vida monástica benedictina, a su regreso y más aún cuando en 2004 fue nombrado superior, emprendió la tarea en el monasterio que tanto amaba, donde había llegado como alumno a la edad 12 años en 1970. Tenía un objetivo claro: esperaba desarrollar una vida monástica al servicio del Evangelio, sólidamente arraigada en la tradición, en la meditación de la Palabra de Dios, con una vocación misionera especialmente dirigida hacia los más pobres (como lo había hecho el fundador), compatible con la identidad monástica y la clausura flexible que la caracterizaba. “Los monjes no deben ir a la gente, sino atraerlos al monasterio y responder a sus necesidades”. Para poner en obra sus ideas, inspiradas por su fe, por su experiencia, por su cultura, su pragmatismo y su empatía, le dio gran importancia a la organización espacial integral del monasterio. Organización que fue reflexionada durante mucho tiempo en comunidad, unida a la Sagrada Escritura, con las necesidades de los numerosos monjes jóvenes que se iniciaban en la vida contemplativa, con un espacio espiritual bien organizado y atractivo. Debía también atender las necesidades de la Iglesia y la sociedad vietnamitas. Partiendo de estas ideas, se necesitaron muchos años de reflexión, trabajo y experiencia para dar forma a los detalles.

 

2) Un plan de conjunto al servicio de la misión

ArtEntreeLas áreas del monasterio de Thiên Binh, como en muchos monasterios, se dividen en tres categorías: un espacio privado donde se construye la identidad del monje, un espacio semipúblico destinado a la acogida con cuidado por la conversión y el testimonio, y un espacio público, abierto a todos donde se lleva a cabo el servicio a los más pobres.

El espacio privado de los monjes: es el corazón del monasterio donde se constituye y se profundiza esta vida centrada en la búsqueda de Dios, donde, como dice san Benito, nada debe anteponerse al amor de Cristo. En materia de edificios, es la iglesia el punto central, la cabeza de la comunidad como Cristo es la cabeza de la Iglesia. Grande, nueva (consagrada a finales de 2016) es el eje en torno al cual irá configurando paulatinamente la nueva organización del espacio, con nuevas construcciones, pero con la misma lógica: construcciones sencillas, evitando todo lujo, favoreciendo la humildad y la pobreza en el espíritu del Evangelio, separados entre si, pero unidos por pasillos y en profunda comunión con la naturaleza. Un claustro, para fomentar el silencio, servirá para estructurar el espacio; que gradualmente reemplazará a la organización actual más dispar, resultado de sucesivas ampliaciones. Es por tanto un lugar todavía en construcción, como cualquier monasterio donde las adaptaciones reflejan un fuerte dinamismo.

Un poco más lejos, al otro lado de una carretera, los monjes también tienen una pequeña granja.

El espacio semipúblico: se trata de un espacio intermedio entre el mundo estrictamente monástico y el mundo “profano”, se ubica al interior del recinto del monasterio y al exterior del espacio privado de los monjes, pero que puede ser frecuentado por unos y otros. En primer lugar, está el “parque espiritual” un espacio de paz y silencio, a la entrada del monasterio, usado por todos y está recreado con senderos y bancos, estatuas de Cristo y María, un Vía Crucis y una senda en recuerdo de donantes fallecidos. Es un espacio intermedio donde se dejan atrás todas las preocupaciones del mundo para preparar el corazón para la oración.

Luego está la hospedería que se divide en dos categorías: una casa de huéspedes clásica, cerca de la iglesia y la capilla, destinada a ofrecer a todos la experiencia que llevan los monjes, de una vida vivida en soledad.

Una segunda área que es más distante, en el bosque y destinada a grupos de acogida, especialmente jóvenes scouts, donde pueden acampar, jugar y cantar sin interferir a la comunidad. El espacio mezcla la acogida y el trabajo de los monjes, ya que los monjes tienen allí una piscicultura. También hay una capilla y otros lugares de oración. Justo al lado hay algunas casas individuales, vestigios de una época anterior en la que la tierra fue ocupada por particulares. Dado que la tierra pertenece más o menos tácitamente a quienes la ocupan, los monjes se vieron obligados a edificar un muro perimetral y edificios para preservar aquellas posesiones que de a poco pudieron recomprar. Esto ha supuesto un gasto y una preocupación considerables, pero hoy la zona del monasterio parece estar mejor protegida contra la invasión de la presión urbana. La posibilidad de vivir una vida monástica benedictina de trabajo y oración parece estar garantizada por el momento; el monasterio ofrece así a las personas de fuera, tanto religiosas como laicas, un lugar precioso de descanso físico y espiritual. Esto responde también a una necesidad de la Iglesia vietnamita local.

ArtDispensaireEl espacio público para vivos… y para los muertos: Se sitúa fuera del recinto del monasterio pero en terrenos pertenecientes a los monjes. En primer lugar hay un dispensario para tratar gratuitamente a los más pobres, sea cual sea su origen o confesión, muchos de los cuales acuden en masa al monasterio tres veces por semana. Este dispensario es la piedra angular de una vida monástica evangélica al servicio de los pobres. También responde a una solicitud de las autoridades para brindar servicio a la población local en un sector muy deficitario del país. Allí trabajan varios hermanos, entre ellos un médico formado especialmente en medicina tradicional. También trabajan laicos y muchos voluntarios que vienen a ayudar a los monjes. Esto es reflejo de una práctica muy extendida en los monasterios budistas, donde los enfermos a menudo son cuidados y alojados, lo que es una fuente de inspiración y estímulo para los monjes de Thiên Binh. Si por el momento está fuera de los recursos del monasterio alimentar a los enfermos, quien lo desee puede beber el agua que se proporciona gratuitamente al lado del dispensario. Se trata de un servicio evangélico prestado a los más pobres y para quienes lo deseen, distribuyendo agua potable ("el agua del cielo") gratuitamente de un pozo excavado el año 2005. Su calidad está controlada por el Instituto Pasteur de Vietnam. Estos dos servicios, uno al lado del otro, son lugares donde los monjes responden a la petición de Jesús de dar de beber a los sedientos y ayudar a los que lo necesitan. También son lugares claves de encuentro entre cristianos y no cristianos. Quienes son atendidos devuelven al monasterio regalos materiales por lo que han recibido, a veces tiempo de trabajo, y diversos servicios. "Si uno da generosamente, Dios da generosamente".

ArtMessedefuntsFinalmente otra característica destacable de este espacio público evangélico,es el cementerio, cuya función ha necesitado mucha explicación. Incluye docenas de tumbas, solo tres son para monjes del monasterio (incluido Dom Thaddeus). De hecho, los primeros seis restos que se enterraron allí pertenecían a una familia pobre muerta por una bomba en 1975. Luego religiosas, miembros de la familia del fundador, amigos laicos del monasterio, miembros de otras congregaciones religiosas pidieron reposar en este lugar que se ha convertido en un reflejo de la diversidad de la Iglesia y la apertura del monasterio a tal diversidad. Sabemos que el culto a los antepasados es muy fuerte en Vietnam, y aquí está asociado espiritualmente a la comunión de los santos, con la idea de que los muertos necesitan las oraciones de los vivos y a cambio las almas que han llegado al paraíso pueden interceder ante Dios para defender y proteger el monasterio. De nuevo, se trata de un intercambio recíproco, del que da testimonio la Misa celebrada en el cementerio el 2 de noviembre, fiesta de los difuntos.

 

3. Naturaleza y armonía en el corazón de cada espacio

La naturaleza debe estar omnipresente como elemento clave de la vida contemplativa. Existe una armonía natural entre la vida humana y la vida del universo. La vida monástica debe permitir contemplar todos los aspectos de la creación. Es imprescindible ver crecer la hierba y las plantas, tanto para los monjes como para los huéspedes y para todos los que se relacionan con el monasterio. Esta conexión con la naturaleza está profundamente arraigada en el corazón asiático, y especialmente en su forma de hablar.

Por esto, los monjes han plantado (y continúan haciéndolo) muchos árboles en los espacios mencionados. No solo brindan sombra y frescura; también ayudan a crear un microclima que ha modificado considerablemente el paisaje árido de los años setenta. Han excavado estanques para recoger agua de lluvia y permitir la piscicultura. Los espacios naturales creados gradualmente constituyen una pequeña isla de verdor, calma y biodiversidad que se ha ido convirtiendo en un lujo en un entorno global cada vez más marcado por el asfalto y el hormigón. También se han convertido en refugio de una variada fauna repelida por la urbanización, fauna que Dom Philip prohibió fuera cazada. Incluso las serpientes y los escorpiones son respetados en Thiên Binh. Todo este verdor ayuda a la contemplación y la oración y ofrece una sanación esencial, permitiendo la recreación de la armonía natural entre los humanos y el universo creado por Dios.

ArtEtangLa noción de armonía está también en el corazón del respeto debido a los muertos, al deber de los vivos de recordarlos, que debe manifestarse mediante oraciones, visitas regulares al cementerio, ofrendas de flores o incienso. Las plantas colocadas en las tumbas también atestiguan el vínculo entre la vida y la muerte. El difunto está muerto, pero sigue vivo. En este lugar crecen variadas palmeras, plantas de cúrcuma que se utilizarán para elaborar remedios tradicionales. Pero nadie puede engañarse a sí mismo acerca de la permanencia de la vida que fluye. Todo esto es un recordatorio profundo de la fe cristiana en la vida eterna, la muerte conquistada por la vida.

La naturaleza también está en el centro del cuidado tan generosamente brindado en el dispensario. Los monjes, y quienes los ayudan, ponen mucha energía en el cultivo de plantas medicinales o la búsqueda de las que faltan en los bosques. La sinergia en torno a la naturaleza, la armonía, la fraternidad y la oración es múltiple.

A pesar de un contexto difícil desde el origen, por la gracia de Dios el monasterio de Thiên Binh es un inspirador testimonio de un intento de organizar un espacio espiritual, integrando muchas dimensiones y buscando responder de manera evangélica a las necesidades muy diversas. Que nuestras oraciones los acompañen.