Padre Peter Eghwrudjakpor, OSB
Prior del Monasterio de Ewu-Ishan (Nigeria)
El estatus caritativo no debe esconder incompetencia
en la administración de los monasterios
Este artículo está basado en una conferencia dada en la última reunión del Consejo de la AIM. Muestra la práctica de un monasterio, el cual desde su fundación, ha puesto un fuerte acento en la calidad de la gestión administrativa. El Prior Peter, miembro del Consejo de la AIM nos entrega su opinión.
El proyecto monástico es esencialmente espiritual, pero debe considerar con especial cuidado los bienes materiales y temporales.
“Saint Benedict means business” fue una afirmación hecha al pasar por uno de los abades en el Capítulo General de nuestra Congregación. En el momento sonó cómico y trivial, todos reímos y bromeamos con esto, pero para mí fue una afirmación seria y veraz: san Benito a mi manera de ver realmente va en serio, he aplicado esto como una verdadera estrategia práctica cuando debo reasignar a los miembros de la comunidad en la administración, manejar los bienes materiales y los proyectos de nuestra comunidad.
Que “saint Benedict means business” es a mi manera de ver una forma de decir que, San Benito toma seriamente los emprendimientos comerciales del monasterio, ni más ni menos que los espirituales. Después de todo, los bienes, incluso las herramientas del monasterio deben ser considerados y tratados como los vasos sagrados del altar. Ésta es una recomendación muy importante. En otra parte, los procedimientos precisos y detallados de san Benito respecto del manejo y entrega de herramientas y equipos al final de una tarea asignada, mandato o un oficio es indicativo de que san Benito iba en serio. Todo importa, todo es importante en la casa de Dios; nada puede darse por sentado o tratado liviana o irresponsablemente.
Así para san Benito la restricción del claustro, como yo la veo no es excusa para la mediocridad ni licencia para la incompetencia. De esta forma es obligatorio que el administrador del monasterio cuente con las herramientas básicas y la competencia necesaria para mantener el buen orden y una marcha fluida con un cierto nivel de profesionalismo. También podemos leer sobre esto en la RB 64, donde san Benito se refiere a los requerimientos que la persona debe tener para ser considerada en la elección de Abad. Además de ser un experto en la ley divina, podemos agregar que la persona, y ciertamente hay espacio para esto, debe tener buen sentido común de ganancias y pérdidas tanto como aritmética básica y buen criterio.
La frase “Saint Benedict means business” también significa que los proyectos del monasterio no pueden llevarse como un pasatiempo personal ni pueden ser considerados como una obra de caridad individual.
Primera parte de nuestra historia
En la primera mitad de nuestros 36 años de historia, nuestra economía estaba basada enteramente en la tierra. Al principio como era un caso de sobrevivencia, necesitábamos comida. Los padres pioneros de Irlanda e Inglaterra empezaron sin ningún plan económico o planificación. Y no había dinero efectivo para la nueva fundación. Esos monjes estaban entregados cien por ciento a la gracia. Eran hombres santos en todo sentido. ¿Cómo sobrevivir? Ellos intentaron con la venta de libros, también dando ayuda al ministerio sacerdotal en los pueblos y en las misas, enseñando en seminarios, lo que fuera que pudiera atraer algunas nairas.
En este contexto, la agricultura tenía de hecho una gracia salvífica, a pesar de ser agricultura de subsistencia en esa época. Había ocasiones en que todo sumado era totalmente insuficiente para la marcha de la comunidad; y todavía estábamos al borde del hambre. Por esta razón estos monjes ocasionalmente viajaban de un lugar a otro del país y al extranjero, cuenco en mano para impedir que muriésemos de hambre.
En esa época debíamos trabajar la tierra forzosamente, no sólo por alimento sino que no trabajarla podía significar perderla. La gente del pueblo amenazaba constantemente con querer recuperarla si veían que no estábamos haciendo buen uso de ella, ya que, originalmente había sido un regalo de su parte.
Nuevos caminos
La segunda parte de nuestra historia está caracterizada por la exploración de nuevos frentes. A estas alturas los monjes extranjeros habían casi desaparecido y los hermanos nigerianos tomando ya responsabilidades en la vida de la comunidad, no tenían adónde acudir; así es que resultó natural el buscar nuevas soluciones al interior de la comunidad. Fue un gesto inconsciente fruto de la desesperación. Teníamos que sobrevivir. El dinero disponible siempre era escaso y debía ser manejado cuidadosamente, al punto que cuando surgían ideas de proyectos que creíamos podían generar fondos, estas ideas y proyectos debían ser recortadas de acuerdo a nuestra billetera. O sea debíamos empezar en pequeño.
En esa etapa se trataba de intercambiar nuestras habilidades por dinero, pero ¿cómo podíamos llevar a la práctica este intercambio? ¿Cómo podíamos explorar nuestro entorno y hacer que rindiera dinero? Durante esa época no teníamos claro que eso era lo que estábamos haciendo, porque no era una comunidad que se juntara a discutir una estrategia. Pero esto fue lo que ocurrió.
Habíamos estado produciendo pan para nuestra mesa. Teníamos una fórmula muy única y exclusiva; ¿por qué no incrementar esta producción y comercializarlo? Era obvio que a la gente le iba a gustar nuestro pan e iba a comprarlo. Así es que empezamos con lo que sabíamos, haciendo lo mejor posible. Hicimos lo mismo con nuestra mermelada y ahorramos mucha fruta que no podíamos consumir fresca.
Tenemos una plantación de aceite de palma bastante grande. Cosechábamos las semillas para producir aceite y pulpa para el monasterio pero usamos los excedentes para el mercado.
Nos dimos cuenta que podíamos obtener un poco más de dinero si administrábamos más profesionalmente nuestra casa de retiros, que había sido manejada solamente en términos de caridad en la primera parte de nuestra historia.
En ese punto hicimos retiros enfocados a sacerdotes y religiosas que debían pagar una suma fija por los servicios. En esto también nos dimos cuenta que los estudios teológicos de algunos hermanos podían ser una nueva fuente para generar recursos.
Nuestro monasterio está en una selva. Con tanta yerba alrededor del monasterio, los hermanos empezaron a investigarlas en la medicina tradicional africana, buscaron el valor curativo de las diferentes yerbas. También empezamos por algo pequeño nada significativo ni ambicioso.
Hoy, sin embargo esto se ha convertido en una empresa de muchos millones en nairas, extendida por el país. Contamos con un departamento de estudios botánicos y varias áreas más de especialización que incluyen farmacia, microbiología, el laboratorio de ciencias, apiario, fabricación de jabón, procesamiento y conservación de hierbas, producción de botellas, embotellado y más.
El artista sabía que él también debía convertir su trabajo, poniendo algunas de sus obras a la venta. En la misma línea, el fabricante de velas sabía que debía ir más allá de producir velas para el monasterio para nuestro propio uso litúrgico, y comenzó a hacerlas para el mercado. Todo esto fue muy apreciado por el público, especialmente con nuestra exclusiva marca benedictina: “Pax”. En este ambiente los hermanos que trabajaban en el gallinero sabían que las aves tenían que ser no solamente para nuestro sostenimiento sino para generar ingreso. Lo mismo fue asumido por los hermanos que trabajaban en los campos, en la agricultura.
Ahora tenemos revisiones periódicas de todas nuestros emprendimientos, junto con los informes económicos. Estas son ocasiones para ver lo que pasa en los diferentes departamentos y los hermanos tienen libertad de hacer comentarios y sugerencias. En estas reuniones, si un departamento se ve que no está a la altura de las expectativas de la comunidad y ha podido confirmarse su falta de competencia, un cambio de personal puede ser de ayuda.